Indonesiando!: Yogyakarta. Día 8.

Aterrizamos en Yogyakarta, bus hacia el centro de la ciudad (calle Malioboro) y parece que estamos en la Gran Via indonesa. Todo son tiendas, puestos de comida y música en la calle.
Por fin llegamos al hostal pero resulta que nuestra habitación está en el patio interior donde está la zona de ocio y todas las ranas y sapos del arrozal de al lado... Bonita Nana para dormir, pero a pesar de eso se duerme genial!!

Con el calor de la mañana nos dirigimos a la zona más recomendada de la ciudad, la vieja ciudad amurallada del Kratón, con su castillo del agua y el palacio del sultán. Pero está todo muy mal conservado y lo han convertido en museos con muy poco que ver... Así que vuelta a Malioboro para comer un rico Nasi Gudeg Ayam (arroz con pollo frito, sambal y algo más que no supimos reconocer) con té helado de mandarina y a descansar en el hostal. En el camino nos pasamos en un puesto de frutas y descubrimos la Snake Fruit (llamada así por su piel que recuerda a la de la serpiente), que sólo crece en zonas volcánicas y que no está nada mal.

Snake Fruit

Snake Fruit abierta

Me despierta a las 5am la llamada a la oración de las mezquitas (algunos gallos le salían al pobre hombre), pero me puede más el sueño y consigo dormir un poco más. Largo y ajetreado camino en transporte público hasta el impresionante templo budista Borobudur del siglo VIII-IX (por cierto, del autobús de Jombor al templo la gente se sube y baja del bus en marcha!!). Es una enorme estupa simétrica con varios niveles que hay que ir subiendo y paseando por cada uno en el sentido de las agujas del reloj. Los pasillos están muy decorados con imágenes talladas y en el nivel superior están las famosas estupas con estatuas de Buda dentro. Durante la visita de pronto nos sentimos estrellas de cine, varias familias y parejas indonesas pidiéndonos fotos con ellos... Visita rápida que hay que volver para ver el otro templo.

Varios cambios de autobús después llegamos al templo hindú Prambanan. Se trata de un complejo de templos de entre los siglos VIII-X muy bien conservados, con varias imágenes talladas en todos sus muros. En el templo más grande y central hay una estatua de Siva, los otros 2 están dedicados a Vishnu y Brahma. Estando allí nos cayó el diluvio universal, así que tocó refugiarse con Siva y el agradable olor a incienso de la sala hasta que escampara un poco. Había otros templos alrededor, pero con ese plan tocaba comer (si, eran las 5pm y desde el desayuno no habíamos comido nada...) y vuelta al hostal.